La realidad escolar es un reflejo del cambio social. Si a esta realidad le añadimos las características propias de la Educación Secundaria (diversidad de capacidades, intereses y motivaciones del alumnado) nos encontramos con la difícil tarea de responder a multitud de necesidades socioeducativas. Por ello es preciso intentar lograr el máximo ajuste de la respuesta educativa a estas necesidades como alternativa de calidad al tratamiento a la diversidad.